Prado comunal que se siega en septiembre para producción de heno y cuyo aprovechamiento se somete a las normas de la junta vecinal.

Superficies arboladas de eucaliptos y pinos para la producción de madera que presentan un aspecto paisajístico uniforme y continúo.

Tierras dedicadas a la producción de plantas herbáceas que, segadas o aprovechadas a diente en pastoreo, sirven de alimento al ganado.

Nombre antiguo que reciben los montes de los pueblos y que expresa el carácter vecinal y colectivo de su uso, lo que también incide en el paisaje.

El Valle del Nansa, especialmente sus tramos medio y alto, son una de las zonas de Cantabria más afectadas por los incendios forestales. Su huella, pasada y presente, ha quedado impresa en el paisaje

Prados caracterizados por la presencia de un pequeño edificio o invernal. Suelen estar cerrados con muro de piedra y distantes de los núcleos de población.

La variedad de ambientes del Nansa propicia la existencia de bosques de varios tipos que, por su diversidad y calidad, constituyen un importante valor patrimonial

La existencia de agua y la posibilidad de servirse de ella determinaron históricamente el emplazamiento de los asentamientos humanos. Para utilizar este recurso se han originado diferentes construcciones.

Áreas de fuerte pendiente donde aflora la roca y dominan los bloques, las pedreras, los escarpes y los picos, y en las que apenas crece la vegetación.

El ganado, en un sistema extensivo que aprovecha los recursos naturales disponibles, es tanto un factor modelador como un elemento más del paisaje.