Patrimonio Arquitectónico

El patrimonio arquitectónico lo constituyen tanto los edificios aislados como los conjuntos de construcciones que conforman un pueblo o un centro histórico, y los espacios diseñados para el ocio como los jardines.

El patrimonio arquitectónico lo constituyen tanto los edificios aislados como los conjuntos de construcciones que conforman un pueblo o un centro histórico, y los espacios diseñados para el ocio como los jardines. Algunos elementos del patrimonio arquitectónico del Valle del Nansa y Peñarrubia se hallan protegidos por la Ley 11/1998 de Patrimonio Cultural de Cantabria. Pero existen otros muchos elementos arquitectónicos que los pueblos valoran porque forman parte de su historia, de sus leyendas y creencias, o de su memoria colectiva, incluso aunque sean modestos en su fábrica o toscos en su acabado. Es precisamente el respeto hacia estos bienes considerados propios, que se ha transmitido a través de generaciones, lo que ha permitido su conservación y aprecio en nuestros días.

Una buena parte de los edificios aislados del Valle del Nansa y Peñarrubia que se pueden considerar patrimonio arquitectónico, pero que no está inscrito en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria, son de carácter religioso (ermitas, iglesias), pero también hay un importante conjunto de arquitectura civil relacionada con los sistemas de poder de otras épocas (casonas). Los conjuntos arquitectónicos que forman los pueblos y que constituyen el centro en torno al cual se organizan las tierras agrarias y ganaderas conformando un paisaje rural, se han considerado, en esta web, piezas relevantes del Patrimonio Territorial.

El documento en el que se exponen las principales ideas sobre preservación e intervención en este tipo de patrimonio se hallan en el Convenio del Consejo de Europa sobre la salvaguarda del Patrimonio Arquitectónico, que fue firmado en Granada en 1985.