Modelado kárstico
Modelado kárstico
Tipo de morfología característica de las áreas de roca caliza en la que abundan las garmas y se desarrollan las cuevas.
Algunas rocas, como las calizas, dolomías y yesos, son solubles en agua. Ello explica la peculiar morfología que suelen presentar las áreas ocupadas por este tipo de materiales, asociada al denominado “modelado kárstico” (o cárstico), así como la existencia en ellas de un buen número de formas originales.
A escala de detalle la superficie de la roca suele aparecer recubierta de acanaladuras, surcos o pequeñas cavidades debidos a la disolución que produce la arroyada. Son los llamados lapiaces (que en Cantabria pueden adquirir un gran desarrollo dando lugar a las llamadas “garmas”).
A mayor escala destaca la existencia de numerosas depresiones cerradas, las dolinas, torcas, poljes… (a este grupo pertenecen la mayoría de los “hoyos/hoyas” que salpican el territorio regional) en las que el agua se concentra antes de ser absorbida. Sus dimensiones y morfología son muy variadas aunque pueden alcanzar varios cientos de metros de diámetro (las dolinas) o varios kilómetros de longitud (los poljes).
Una vez absorbida, el agua sigue circulando y disolviendo la roca bajo tierra lo que da lugar a cavidades de todo tipo hasta que, antes o después, reaparece en alguna fuente (que puede ser submarina y resultarnos desconocida).
La abundancia de calizas de gran pureza, los fuertes desniveles de las áreas de montaña y el clima húmedo hacen que Cantabria contenga un modelado kárstico excepcional y un conjunto de cuevas que se sitúa entre los más relevantes del mundo).
Varias zonas del valle del Nansa presentan modelado kárstico aunque las manifestaciones más interesantes se encuentran en las Sierras de Arria (Valle de Latarmá), Ozalba y el Escudo (Cueva del Soplao) así como en el municipio de Herrerías.