Prados con invernales
Prados con invernales
Prados caracterizados por la presencia de un pequeño edificio o invernal. Suelen estar cerrados con muro de piedra y distantes de los núcleos de población.
Se encuentran distantes de los núcleos de población y a diversas altitudes, en el camino de desplazamiento estacional del ganado, desde las tierras bajas en torno al pueblo, donde pasa el invierno, hasta los pastos de verano (puertos) en las divisorias (colladas) de las montañas próximas. Se siegan en primavera y en otoño y, una vez recogida la hierba, se abren para su aprovechamiento a diente.
El prado con invernal suele estar cercado con muro de piedra seca, integrando elementos naturales de gran valor cultural, como avellanos, fresnos o frutales, de utilidad para el abrigo o el alimento del ganado. Hay conjuntos de prados con invernales rodeados de vegetación que nos recuerda su origen forestal, como los del Tanea. Hay también praderías con varios invernales, rodeado todo de un solo muro perimetral, lo que revela un aprovechamiento colectivo de la hierba. A veces los prados con invernales se presentan aislados, o como encadenados, formando pasillos abiertos en el monte poblado de matorral.