Patrimonio Industrial y de Obras Públicas

El patrimonio es un concepto en evolución. Comenzó centrando su atención en monumentos singulares que representaban el poder civil (castillos, palacios…) y religioso (catedrales, monasterios…), pero con el paso del tiempo se han ido incorporando otras categorías.

El patrimonio es un concepto en evolución. Comenzó centrando su atención en monumentos singulares que representaban el poder civil (castillos, palacios…) y religioso (catedrales, monasterios…), pero con el paso del tiempo se han ido incorporando otras categorías. Desde la década de 1980, y gracias a la acción del Consejo de Europa, se considera también parte del patrimonio las construcciones de carácter industrial y técnico y las construcciones de ingeniería en el conjunto de las llamadas obras públicas.

El patrimonio industrial se compone de los restos de la cultura industrial que poseen valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico y científico y lo integran edificios y máquinas entendidos en un contexto amplio que incorpora los espacios donde sucedieron los procesos industriales y aquellos en que se desarrollaron las actividades sociales relacionadas con la industria (espacios residenciales, de servicios, de sociabilidad).

Tradicionalmente las obras públicas han ocupado un lugar marginal en su consideración patrimonial. Se ha debido a varias causas, entre las que destacan su condición funcional y el general desconocimiento sobre su existencia y significado, esto en buena medida motivado por las dificultades para acceder hasta ellas y observarlas en su completa dimensión. El territorio es lo que da sentido a la obra pública, y la naturaleza el único escenario en el que puede entenderse. Son obras públicas las construcciones de ingeniería que permiten las comunicaciones terrestres (carretera, ferrocarril…), las obras hidráulicas (abastecimientos de agua a poblaciones, aprovechamiento de su posibilidades energéticas…), las obras marítimas (defensa de costas, construcciones portuarias…). Para establecer su valor cultural se emplean cinco criterios, los valores científico, histórico, estético, simbólico y de uso, y se atiende a diferentes aspectos como los materiales y tipologías, los procesos constructivos, los planteamientos teóricos y el sentido territorial.

Fuentes, abrevadero y lavadero en Uznayo (Uznayo, Polaciones)

Los distintos barrios de Uznayo están abastecidos por fuentes. El conjunto hidráulico más antiguo se llama El Duerno y está integrado por una fuente, un abrevadero y un lavadero en disposición lineal.

Ferrería de Cosío (Cosío, Rionansa)

Accionada con aguas del río Nansa a las afueras de Cosío (Puentenansa), su construcción data de 1749, y en la década de 1880 ya estaba sin uso. Parece que fue una de las más importantes de Cantabria.

Molino de Rioseco (Rioseco, Rionansa)

El molino está en Rioseco (Puentenansa) y capta agua del río Nansa. Se documenta su actividad desde el año 1700 y dejó de funcionar en los años cincuenta. Se conservan casi todos sus elementos.

Molinos de Cosío (Cosío, Rionansa)

En el cauce del río Vendul existieron tres aprovechamientos hidráulicos que molturaban grano y producían energía eléctrica. Con la instalación de la sociedad Saltos del Nansa a mediados del siglo XX terminó su actividad.

Molino de Rábago (Rábago, Herrerías)

El molino capta agua del río Nansa a su paso por Rábago (Herrerias) y se localiza al borde de la CA-181. Su existencia es probable desde 1800 y dejó de funcionar en los años 60

El Molino de las Fuentes (Cabrojo, Rionansa)

Los restos de este molino que funcionaba con el agua del manantial de Las Fuentes se localizan próximos al antiguo camino que comunicaba Rionansa con Cosío.

Fábrica de luz de Navedo (Navedo, Peñarrubia)

La central captaba agua del río Navedo. Se localiza al inicio de la Ruta de las Agüeras, que une el Desfiladero de la Hermida con los pueblos de Cicera y Navedo. Dejó de funcionar en los años sesenta.

Fábrica de luz de La Molina (Celucos, Rionansa)

La central capta agua del arroyo La Molina en el barrio del mismo nombre, en Celucos (Rionansa). Se emplazó en el lugar de un antiguo molino e inició la producción de energía en 1913.

Molino de Camijanes (Camijanes, Herrerías)

Este molino, también llamado de Riaño,ya existía hacia 1750 y estuvo en uso hasta la mitad del siglo XX. Además de moler maíz produjo energía eléctrica para su propio servicio.

Molino de Arriba y Molino de Abajo (Cicera) (Cicera, Peñarrubia)

A mitad del siglo XVIII había en Cicera cinco molinos. Hoy se pueden observar tres de ellos, los que captaban agua de la Riega Cicera. Fueron los últimos que molieron en la zona, hasta los años sesenta.