Saltos hidráulicos y centrales hidroeléctricas
Saltos hidráulicos y centrales hidroeléctricas
Un salto hidráulico es una instalación que permite utilizar la fuerza del agua para producir energía eléctrica, empleando diferentes construcciones. La principal es la central hidroeléctrica.
Estas centrales se clasifican atendiendo a diferentes aspectos. Las del valle del Nansa son centrales de derivación –en el caso de Peña de Bejo también hay embalse regulador de caudal anual que permite disponer de una reserva de agua- por lo que constan de presa, canal de derivación, chimenea de equilibrio –depósito que reúne las aportaciones de caudal-, y tuberías forzadas para conducir el agua hasta la central, desde donde vuelve a cauce mediante un canal de desagüe.
En el interior de la central las turbinas se encargan de convertir la energía cinética del agua en energía mecánica de rotación. Las turbinas han de construirse para cada aprovechamiento, según las características del salto de agua, su altura y caudal. Según el modo en que incida el agua en los álabes las turbinas se consideran “de acción” (el rodete gira en el mismo sentido que recibe el chorro de agua) como la Pelton, o “de reacción” (no coindicen el sentido de giro del rodete con el de la proyección del agua), como las Francis y Kaplan.
El agua, cuyo acceso se controla mediante una válvula, mueve los álabes haciendo girar la turbina, que lleva acoplado un alternador y que convierte la energía mecánica de rotación de la turbina en energía eléctrica. Mediante un transformador se eleva la tensión eléctrica generada en el alternador hasta la tensión de la red de transporte. La electricidad de las centrales generadoras pasa a la red eléctrica, que la transporta a los puntos de consumo.
La sociedad Saltos del Nansa S.A. se creó en Madrid en 1941 para construir y explotar el aprovechamiento hidroeléctrico del río Nansa y afluentes, con el fin de producir energía eléctrica para usos industriales (fábricas de Los Corrales de Buelna y Santander de la empresa Nueva Montaña Quijano S.A.).
En Cantabria el primer ensayo de generación eléctrica sucedió en 1881 con la iluminación de la población de Comillas. Años antes, en 1875, se instaló en Barcelona la primera central.