Descripción de la llegada de D. Miguel de Unamuno a Tudanca, en noche de luna llena

D. Miguel de Unamuno llega a Tudanca, en noche de luna llena y describe su encuentro con el pueblo y el valle.

"Tudanca es un lugarejo de menos de cien vecinos, en el valle, más bien encañada, del río Nansa, provincia de Santander, a poco más de 30 kilómetros del mar. El río baja cantando, brizando el sueño de la vida de aquellos montañeses primitivos, celtibéricos, y lamiendo los peñascos rodados y los codones que arrancó a los riscos de la cordillera que sirve de cabezal a España. Desde el valle o ensanchadura de Polaciones al de Tudanca, ambos en la estrecha cuenca del mismo río, se abre este paso por una imponente garganta, la hoz de Bejo. Y fue de soñarla, más que de verla, cuando ya de noche la recorrí por la carretera a caballo... a la luz de la luna llena, de la luz que llamaba de los muertos mis antepasados euscaldunas. Era como cosa de magia, y tanto yo como mi acompañante, el señor actual de la casona de Tudanca...recordamos los fantásticos grabados con que Gustavo Doré ilustró la Divina Comedia de Dante. Parecía aquello la puerta fatídica e imponente del otro mundo, de ultratumba. De otro lado estaba la terrible realidad que pesa y queda: de nuestro lado, el ensueño lunar de la vida que pasa. En el fondo, cantaba a la luna el río Nansa. Los robles y las hayas que vestían las falda de los riscos se bañaban en la lumbre dulce de la luna, en su lumbre lechosa"

 

Recogido de José María de Cossío (1989): “Las rutas literarias de la Montaña”. Santander, Diputación Regional de Cantabria / Estudio, pág. 62-63.

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