Iglesia de San Pedro (Tudanca)
Iglesia situada en Tudanca, reedificada en 1723. Lo más destacado es su portada, en la que se concentra toda la decoración.
Consta de tres naves, cabecera recta y sacristía. Todo el templo (salvo el último tramo de la nave central y de la colateral de la Epístola) se cubre con bóvedas de crucería góticas. En el muro meridional se abre la portada conformada por un arco de medio punto enmarcado por pilastras y coronado por un frontón triangular partido, todo ello enriquecido con ornamentación.
Fue reedificada en 1723 por Juan Martín Sordo Piñera y Juan Sánchez de la Fuente, partiendo de las trazas que posiblemente realizó Juan Manuel Rubín de Colombres, integrante del taller de Val de San Vicente. En 1742 este arquitecto tuvo que hacer un diseño de esta iglesia para remitirlo a Murcia con el fin de que D. Gabriel de Cosío, natural de La Lastra y vecino de Lorca, enviara un donativo para sufragar los gastos ocasionados por la reedificación de 1723. Esto nos lleva a suponer que este artista pudo ser su tracista, pues lo más lógico es que si se necesitó volver a dibujar la iglesia una vez reconstruida, se recurriese al autor de sus diseños originales.
Los trabajos de reconstrucción del templo (provocados por la quiebra del edificio primitivo) comenzaron en 1723 gracias a las aportaciones de los llevadores de diezmos, a las que se sumó el donativo de D. Pedro de la Herrán Linares, cura de la parroquia de San Pedro. A todos estos bienes se añadieron los remitidos desde Murcia por D. Gabriel de Cosío.
En este edificio es llamativo es el empleo de estribos rectos en la cabecera, pues lo habitual entre los artífices del taller de Val de San Vicente fue la utilización de contrafuertes diagonales. Como explicación, se ha de suponer que este artífice mantuvo la disposición original de la capilla mayor del antiguo templo.
Lo más destacado de la iglesia es su portada, en la que se concentra toda la decoración con motivos vegetales, círculos con flores y dentellones.
Su retablo mayor es rococó, de la segunda mitad del S-XVIII.
Junto a la iglesia se conservan los restos de un Via Crucis.