Molino de Villamolinu
Molino de Villamolinu
El molino está en Quintanilla (Lamasón) y capta las aguas del río Tanea. Se documenta su actividad desde la mitad del siglo XVIII y dejó de funcionar en los años setenta.
También se conoce como “molino de Quintanilla” y debe ser uno de los cinco citados por documentos de 1750 que refieren en este lugar entre cuatro y cinco molinos de una rueda, todos los sobre las aguas del Tanea.
La infraestructura fue destruida por una crecida del río Tanea en el año 1983. Con posterioridad a esa fecha se han protegido las márgenes del río con escollera y ya no es posible seguir la disposición de los elementos que conformaron esa infraestructura hidráulica, a excepción del tramo final del canal de derivación.
Este tramo es de sección rectangular y 200m de longitud y anchura variable, creciente conforme se acerca a la cámara de carga. En los primeros metros discurre excavado en tierra y en los últimos 20m está revestido de hormigón. A unos 100 metros de la toma se incorporan al canal las aguas del arroyo Traveseras, y unos 40 metros después, por la otra margen contigua al río, se ubica la compuerta que regulaba el exceso de caudal.
El edificio del molino es de una altura sobre el nivel hidráulico, de planta cuadrada, realizado en fábrica de piedra de mampostería y sillería en esquinas y vanos. Es de reducidas dimensiones y pocos y pequeños vanos, y con huellas de haber sido remozado para integrarlo en el nuevo uso de la propiedad.
La entrada de agua se realizaba a través de dos pequeñas tomas rectangulares que alimentaban dos rodetes. La salida desde el cárcavo a través de un vano adintelado sostenido por un dintel de madera, el agua se vierte a un canal de desagüe que lo conduce hasta el río.
Tuvo dos rodetes metálicos de palas curvas, pero solo se conserva uno de ellos en el nivel hidráulico, aunque no en su posición original. Si conserva dos juegos de muelas sin guardapolvo, y otra muela depositada en el exterior de la casa.