Patrimonio Territorial
Patrimonio Territorial
El territorio es, sin duda, un bien patrimonial, una herencia que recibimos de nuestros antepasados, y que reconocemos y valoramos a través de los paisajes. En ellos también va a quedar registrada nuestra huella para las generaciones futuras, y la entrega de un legado en buenas condiciones va a depender de lo que respetemos, de lo que valoremos y de cómo actuemos. Por eso podemos hablar de un patrimonio territorial.
El territorio es, sin duda, un bien patrimonial, una herencia que recibimos de nuestros antepasados, y que reconocemos y valoramos a través de los paisajes. En ellos también va a quedar registrada nuestra huella para las generaciones futuras, y la entrega de un legado en buenas condiciones va a depender de lo que respetemos, de lo que valoremos y de cómo actuemos. Por eso podemos hablar de un patrimonio territorial.
Algunos componentes del territorio, como el relieve, conforman determinados hitos o elementos significativos, como ríos, colladas y cumbres, que todo el mundo que vive en la zona conoce con nombre propio, y por eso sirven como referentes que ayudan a situarse, y a distinguir los espacios que pertenecen a uno u otro pueblo. Otros componentes territoriales significativos son los pueblos, los núcleos rurales; porque ellos son los lugares de residencia de la gente que, con su forma de trabajar y de vivir, va tomando las decisiones sobre el uso y organización del espacio y son, por ello, los principales conservadores de los paisajes que disfrutamos y de los pueblos que admiramos. Conocer los pueblos, sus casas, sus calles, sus equipamientos públicos como abrevaderos, fuentes, boleras, lavaderos o campas; y conocer su término concejil, con las mieses, los prados, sus invernales, y sus montes, bosques y pastos, nos ayudan a estimar el esfuerzo de construcción de estos paisajes.
Existe una legislación sectorial que trata de proteger los espacios que tienen un valor social especial: por su riqueza natural, por ser un recurso económico, por su necesidad para la vida (las aguas), por sus beneficios ambientales, por su carga simbólica, por sus valores culturales o por su situación estratégica. Pero es la Ordenación del Territorio la que debe integrar y armonizar todas estas funciones, para que el uso responsable del suelo y la preservación y mejora de la calidad de nuestro espacio de vida permitan un buen desarrollo de nuestro patrimonio territorial.
Sierra que separa los valles del Nansa y de Liébana y que constituye una de las principales referencias paisajísticas de la región.
San Sebastián de Garabandal, núcleo de municipio de Rionansa, que no alcanza en la actualidad el centenar de habitantes, destaca por calles estrechas y sus buenos ejemplo de casa blasonadas y por su iglesia de principios del XVIII. Conserva además en sus proximidades invernales de gran valor etnográfico.
San Mamés ocupa un territorio extenso desde las cumbres de Peña Sagra al río Pejanda, con mieses y praderas, bosques, prados con invernales, brañas
Núcleo rural, excepcional por la disposición lineal de su caserío a lo largo de un camino de gran importancia histórica.