Caminos históricos

Durante siglos, las personas, con sus animales y cargas, han realizado largos recorridos adaptándose o venciendo la compleja topografía

La consecuencia última de los itinerarios trazados y la construcción de los caminos ha sido la configuración de su territorio. Estos caminos, llamados históricos cuando hay documentación de su existencia, muestran vestigios que refrendan su antigüedad y la continuidad secular de su uso, como los restos megalíticos y los topónimos de raíz prelatina. Esta estabilidad en su trazado no excluye, sin embargo, ligeras variantes de la calzada en algunos tramos.

En su recorrido, las colladas -joces en el habla local- desempeñan un importante papel en la organización caminera, actuando tanto como elementos de divisoria de los valles como de puntos de encuentro y unión; en definitiva, como puertas o puertos, áreas de paso por su menor altitud y topografía suave en los cordales. Después, los caminos tendían a seguir el río, pero no por las vegas ni fondos de valle fácilmente inundables, dado el carácter torrencial del régimen fluvial.

Hay tramos con vestigios materiales de su trazado y fábrica, en otros se ha perdido por falta de uso o ha quedado oculto por la vegetación, a veces también se han destruido con la apertura de nuevas carreteras y pistas. Lo cierto es que en pocas décadas se ha perdido buena parte de este patrimonio; el recorrido a pie por los tramos aún reconocibles constituye una propuesta de aproximación a la memoria del territorio.

En el Valle del Nansa hay caminos transversales, de Este a Oeste, como los de Camijanes a Cabanzón, de Celis a Riclones y de Lafuente al Collado de Joz. Tramos de una antigua conexión con Castilla son los de Puentenansa a Cosío y Rozadío, de Tudanca a Puente Pumar y de Callicedo al Mirador del Potro. La relación con los valles vecinos de Cabuérniga y Liébana la atestiguan los caminos de Puente Pumar a Sejos, al este, y, al oeste, tanto el que pasa por  Cires (Lamasón) y el Collado Pasaneu como el que atraviesa  el Collado Arcedón. La conexión con Asturias se hacía por el Collado de Llaves.

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  • En el pasado las dificultades técnicas eran mayores, pero la densa red caminera expresa la intensa ocupación del territorio y la importancia de las relaciones con los valles y regiones vecinas.

  • Los caminos, generalmente de tierra, presentaban diversos tipos de fábrica en la calzada de algunos tramos, como este empedrado del camino del Potro.

  • Los restos megalíticos son frecuentes en las colladas y de ahí su relación con los caminos y los usos pastoriles. Megalitismo en el Collado de Llaves.

  • Ermita de la Virgen de las Nieves localizada en el campo de feria de una ruta ganadera alejada de la aldea.

  • La relación entre puentes y vados y el crecimiento de un núcleo de población, se manifiesta en núcleos como Uznayo (antes La Puente de Uznayo), Puente Pumar (en la foto desde la subida al puerto de Sejos) y Puentenansa.