Casona de Cosío
Casona de Tudanca del S-XVIII con magníficas vistas a Peña Sagra, famosa por la novela de Pereda “Peñas Arriba”.
La actual casona de Tudanca tiene unas magníficas vistas hacia Peña Sagra en su frente y por detrás hacia el “prao Concejo”. Es famosa por la novela de José María Pereda “Peñas Arriba”. Su último morador fue el escritor D. José María de Cossío, quien legó en 1975 esta casa, junto a sus fondos bibliográficos, su valiosa pinacoteca y sus valiosos enseres domésticos a la Diputación Provincial de Santander.
Originalmente fue la vivienda de D. Pascual Fernández de Linares, vecino de Tudanca que tras hacer fortuna en Perú, como gobernador de Callao, regresó a su pueblo natal con la intención de edificar una casa de magnitud adecuada a su posición social.
Las obras dieron comienzo en 1752, aunque fueron paralizadas un año más tarde por mandato del arzobispo de Burgos, pues había recibido noticias de que don Pascual estaba construyendo una capilla en su casa sin contar con la licencia correspondiente. D. Pascual se defendió de tales acusaciones, alegando que no tenía intención de hacer ningún oratorio. Sin embargo, la fábrica que ha llegado hasta nosotros evidencia la falsedad de tales alegaciones, puesto que la vivienda cuenta con una capilla, con una disposición muy similar a la de otras capillas particulares barrocas.
Tiene una nave con coro alto de madera a los pies, comunicado con el piso alto de la casa, y una cabecera cubierta con una bóveda de crucería estrellada de cinco claves, en la que lo más destacado es la rica decoración pictórica que cubre su plementería, a base de motivos vegetales y de pequeños “puttis”. Esta ornamentación se complementa con el retablo que alberga las imágenes de la Virgen de Cocharcas y de San Antonio, lo que crea un espacio interno de gran riqueza decorativa.
En el interior de la capilla se encuentra un rasgo propio de los maestros del taller de Val de San Vicente: el descolgamiento de la clave polar de la bóveda mediante volutas.
El retablo de la capilla y sus tallas son de origen peruano. Una de ellas representa a la Virgen de Cocharcas y las otras a San Francisco y a Santa Rosa de Lima, patrona del Perú.