Monte bajo
Monte bajo
Superficie forestal de matorral que compone un mosaico de vegetación de gran riqueza ambiental, con “hábitats prioritarios” y fauna protegida.
Superficie forestal formada por diversos tipos de matorral. Su complejidad viene dada por la alternancia de cubiertas de vegetación herbácea y leñosa, la presencia significativa de arbolado de escasa extensión o baja densidad y su compartimentación en las áreas de roquedo. Las comunidades más representativas en esta región son los brezales, argomales o tojales y helechales, que intercalan pequeños espacios de pastos en diferentes estadios de uso y áreas de regeneración del bosque. La variedad de ambientes intercalados favorece la presencia de una rica biodiversidad vegetal y animal que es objeto de preservación.
Este mosaico de vegetación responde a la existencia de unas determinadas condiciones locales de carácter físico (altitud, sustrato rocoso, exposición al sol) y ambiental (precipitación, frío, vientos), que inciden en la estructura de la vegetación y en su porte rastrero, leñoso o arbustivo. Pero con frecuencia el monte bajo es producto del sistema diferenciado de usos y de manejo del monte por parte de los ganaderos.
Así, los argomales se desarrollan allí donde los incendios se suceden año tras año, provocados con el fin de evitar la regeneración del matorral y recuperar o ampliar las superficies de pastoreo. La expansión de los helechales es un indicador de la infrautilización de las áreas de pastoreo, y también supone un primer estadio en el proceso de recuperación del matorral si el uso ganadero desaparece, especialmente en lugares en contacto con los bosques.
La expansión del monte bajo se ha producido históricamente por la fragmentación de los bosques debida a los procesos de deforestación. De ahí que hoy se extienda por ambientes muy diversos y hasta los 1.900 m de altitud, donde forma parte de la vegetación natural del piso subalpino.
En el Valle del Nansa el matorral se extiende por grandes superficies, dominando en Rionansa, Lamasón y Tudanca, donde ocupa más del 40 % de la superficie municipal no urbana.